* Y por supuesto, esos fueron los aprendizajes más grandes de mi vida.
A través de mi camino, sanando mis propias heridas emocionales, reconocí todo aquello como una bendición y todo ello, me ha hecho ser la Becky que soy hoy.
Para despedirme, antes de marearte más, seguramente te interesará saber sobre mi experiencia profesional, que para mí es mi vocación y mi pasión:
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